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Consejos ante lesiones musculares.

Muchos procedimientos médicos se realizan por inercia, sin estar respaldados por evidencia. Y lo mismo ocurre en el tratamiento de lesiones.

Para la mayoría de lesiones leves se sigue empleando la denominada técnica RICE (Rest, Ice, Compression, Elevation), que propone empezar la curación inmovilizando la zona lesionada y aplicando hielo.

A pesar de su popularidad, cada vez más revisiones indican que esta práctica no está justificada. El propio Dr Mirkin, inventor del método RICE en su libro de 1978, reconoció que fue un error.

Hoy veremos los problemas con este enfoque y mejores alternativas.

Rest (Reposo).

Durante décadas, el reposo ha sido la respuesta médica por defecto. ¿Embarazada? Reposa. ¿Dolor de espalda? Reposa. ¿Enfermedad coronaria? Reposa.

Aunque la mentalidad está cambiando, muchos doctores siguen prescribiendo todavía reposo en cama, sobre todo a embarazadas. Parece la opción más segura. ¿Qué daño puede hacer el reposo? Mucho.

Se pierde masa muscular y funcionalidad, se deteriora la capacidad cardiorrespiratoria y se afectan funciones endocrinas e intestinales, entre otros muchos efectos negativos.

El reposo es peligroso.

Reposar es contraproducente para la mayoría de patologías estudiadas. Las mujeres embarazadas se benefician de actividad física, así como los que sufren dolores de espalda o enfermedad coronaria.

En el caso de lesiones, el reposo también puede interferir con la recuperación por dos vías principales:

1. Retrasa la regeneración de cartílago. Al contrario que el músculo, el cartílago no tiene su propio riego sanguíneo, sino que obtiene oxígeno y nutrientes desde el líquido sinovial. La presión que el movimiento genera en la articulación facilita la llegada de nutrientes al cartílago, promoviendo la reconstrucción.

2.Dificulta el trabajo del sistema linfático, crucial para eliminar las sustancias que se acumulan en la zona inflamada. El sistema linfático no tiene corazón. No me refiero a que sea un desalmado, sino a que requiere movimiento para activarse (al contrario que la sangre, impulsada por bombeo). Si no te mueves, restas efectividad a la modulación de la inflamación.

Si hablamos por ejemplo de esguinces, una terapia basada en actividad física agiliza la recuperación y mejora la función del tobillo tras la lesión. Adelantar la rehabilitación acelera la recuperación.

El movimiento es medicina y debe aplicarse en la dosis tolerada por cada condición.

¿Quién define esta dosis? El dolor. Es la señal ancestral que te indicará qué movimientos puedes hacer y con qué intensidad. Moverse con dolor es contraproducente, pero también reposar más allá del mínimo que demanda la lesión.

Mantenerse en movimiento no quiere decir que debas forzar el regreso a la práctica deportiva antes de tiempo. Lo que perseguimos es una recuperación activa.

Ice (Hielo).

Aplicar hielo tras una lesión pretende combatir la inflamación.

La pregunta es: ¿Debemos realmente reducir la inflamación? A nadie se le ocurriría detener la coagulación de la sangre después de un corte. ¿Por qué la inflamación nos parece tan peligrosa?

Millones de años de experimentación han perfeccionado nuestro sistema de regeneración. Debemos tener buenos motivos para actuar en su contra.

Simplificando, hay tres fases en el proceso de curación:

1.Inflamación. Es la primera respuesta a un trauma. Pretende maximizar la llegada de nutrientes, enzimas, factores de crecimiento y otros elementos necesarios para iniciar la recuperación, así como movilizar glóbulos blancos para prevenir una posible infección. Para empezar, el hielo restringe la llegada de sangre a la zona, limitando la disponibilidad de esta pócima sanadora.

2.Proliferación. Formación de fibroblastos y mioblastos, necesarios para la producción posterior del nuevo tejido conectivo y muscular.

3.Remodelación. Se "modela” el nuevo tejido producido para adoptar la forma y función necesaria.

Estas fases se solapan en el tiempo, y lo que ocurre en una afecta las siguientes.

¿Es posible que interferencias en la fase inicial (inflamación) afecten negativamente al resto del proceso de curación? Todo apunta a que sí.

Para empezar, no hay evidencia en humanos que haga pensar que aplicar hielo mejora la recuperación, más allá de reducir el dolor.

Estudios más controlados en animales nos ayudan a entender por qué. Según este estudio, aplicar hielo durante 20 minutos tras una lesión reduce la inflamación pero retrasa la fase de proliferación, impactando también la remodelación. Se observa por ejemplo una formación anormal de colágeno y un menor tamaño de las fibras musculares regeneradas.

Las conclusiones de los investigadores son claras: "Juzgando por estos resultados, podría ser mejor evitar la aplicación de hielo, a pesar de utilizarse comúnmente en la medicina deportiva".

¿Y qué podemos decir de los antiinflamatorios (como ibuprofeno) tras una lesión? Parece que pueden agilizar la recuperación, pero a costa de una peor curación. Quizá por ello las altas tasas de recurrencia.

La explicación es la misma: si alteras la fase 1 (inflamación), estás afectando las siguientes.

Salvo casos concretos, mejor evitar.

Después de entrenar, el músculo también se debe regenerar. Si bien el proceso es diferente, hay señalizaciones similares, por eso aplicar hielo post-entrenamiento también puede inhibir adaptaciones necesarias.

Aplicar hielo en recuperación y lesiones.

El frío tiene muchos beneficios, pero debes utilizarlo por los motivos adecuados. Interferir con los procesos naturales de inflamación no suele ser uno de ellos.

Y como siempre, hay excepciones. Inflamaciones descontroladas pueden ser problemáticas, y el hielo podría ser una buena opción, pero eso no justifica aplicarlo por definición.

Compression and Elevation (Compresión y Elevación).

Aunque la evidencia tampoco es sólida, sí parece que la compresión y elevación pueden favorecer el trabajo del sistema linfático, reducir la presión arterial en la zona y limitar la hinchazón sin interferir negativamente con el proceso de inflamación.

En resumen, mucho cuidado con el paradigma Reposo + Hielo, puedes seguir con el Compresión + Elevación.

Rescatando todo lo anterior, muchos profesionales están fomentando otros tipos de tratamientos, sin reposo ni hielo, más alineados con la evidencia científica.

Uno de ellos es el llamado ECM (Elevación, Compresión, Movimiento):

1. Elevación. Elevar la zona dañada por encima de la altura del corazón, para reducir la hinchazón y facilitar el retorno de la sangre.

2. Compresión. La compresión debe ofrecer cierta tensión mecánica, pero no limitar la llegada de sangre ni restringir en exceso el movimiento. Añadir hielo a la compresión no aporta nada.

3.Movimiento. Como vimos inicialmente, se trata de cambiar la filosofía, de inmovilización a recuperación activa.

Otros hablan de MEAT (Movement, Exercise, Analgesic, Treatment), dando especial relevancia a la recuperación activa primero (movimiento y ejercicio) y a otros posibles tratamientos más específicos después (si son necesarios), considerando el uso de analgésicos si el dolor interfiere con la recuperación.

Nuestro cuerpo tiene una gran capacidad de recuperación, pero no dejes todo en manos de la evolución. Lesiones particulares requerirán tratamientos especiales. Si tienes dudas, acude a un profesional.


Escrito el  4 Oct 2017 18:56 en Squash y Salud  -  Enlace permanente

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