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Entrevistas : Mohamed el Shorbagy.

Comparte con nosotros Juan Carlos Santacruz (ww.digipost-col.net) la entrevista que ha tenido el placer de realizar a uno de los jugadores del momento, el egipcio Mohamed El Shorbagy.


Con el desparpajo de la más íntima convicción, el egipcio Mohamed El Shorbagy sostuvo que su objetivo en el squash es hacer historia y que eso significa ser recordado por algo que nadie hecho jamás hasta el momento.

Esta aseveración a sus 20 años podría sonar pretenciosa, si no fuera porque a pesar de su juventud ha logrado instalarse en el top ten de la PSA, como uno de los 10 mejores jugadores desde hace 1 año, siendo hoy uno de los dos más jóvenes en ocupar un lugar entre los mejores del planeta.

Mohamed nació  el 12 de febrero de 1991 en la ciudad de Alejandría en Egipto, al norte del Africa, donde el squash es el deporte nacional. Su padre es Ingeniero civil y su madre se dedica al hogar compuesto por dos hijos campeones, Mohamed y Marwan, el segundo con 17 años, también jugador, y quien junto a Mohamed han empezado a escribir una historia inédita en el squash del mundo, siendo hoy la primera pareja de hermanos que logran convertirse en campeones mundiales junior.

Mohamed es el segundo jugador en el mundo, al lado de su compatriota Ramy Ashour, actual No. 2 del mundo, en conquistar dos títulos mundiales junior, categoría reservada para menores de 19 años. Justamente el inspirador de esos triunfos fue Ramy. Sostiene El Shorbagy que en 2006, cuando Ramy levantó el trofeo en Nueva Zelanda como Campeón Junior por segunda vez, tuvo la fortuna de estar allí y verlo y eso se le convirtió en un sueño. "Yo también tengo que levantar ese trofeo”, se dijo.

Dos años después el sueño se hizo realidad en Suiza. "Para conquistar algo, hay que verlo todos los días como posible”, pensó y en 2008, cuando tenía 16 años lo logró al vencer al pakistaní Amir Atlas Khan. Era un inmenso desafío. En ese momento El Shorbagy era 65 PSA y Khan 21 PSA. No obstante el favoritismo del Pakistaní, en una final en la que perdió el primer game, logró triunfar por 3-1. Un año más tarde en la India repitió el título a manos del jugador de Malasia Ivan Yuen, esta vez con un contundente 3-0. Estos triunfos históricos son para él su mayor alegría como jugador.

A los 15 años debutó como profesional en la PSA en 2007 y ascendió en forma meteórica ganando hasta ahora 3 títulos profesionales, el más importante el Indian Challenger, siendo el primer jugador que a su edad logra un título de un evento de nivel 5 estrellas. Se destaca además su título PSA en el Motor City Open en Detroit, cuando logró otro sueño derrotar en la semifinal a uno de los ídolos históricos del mundo del squash, David Palmer y el 4to puesto en el World Open cuando apenas contaba con 17 años.


En Egipto siempre hubo a quien imitar.

Para el mundo del squash Egipto es hoy un referente obligado. Tiene 4 de sus jugadores en los mejores 10 del mundo, sus jugadores han ganado las más recientes 6 versiones del campeonato mundial junior. En este torneo orbital para jóvenes, desde 1990 cuando se creó, se han realizado 18 versiones, Egipto ha ganado el 50 por ciento de los títulos con 9 campeones, 4 de esos títulos están en manos de Ashour y El Shorbagy.

Al ser interrogado sobre el por qué Egipto es la potencia mundial del squash de la actualidad, sostiene con gran claridad que es porque siempre han tenido a quién imitar. Claro siempre ha habido alguien a quien seguir desde Ahmed Barada, primer campeón junior egipcio y primero de su país en llegar a la cúspide del escalafón mundial, después Ahmed Faizy y Karim Darwish. En la actualidad los nombres son muchos empezando por Ashour, los dos El Shorbagy, el otro Ashour, Hisham, Wael El Hindi y Omar Mossaad, entre otros. Y el mejor de todos, el gran ícono para la historia del squash mundial Amr Shabana.

Shabana es el mejor de la historia del squash egipcio. Hoy tiene 32 años, es No. 5 del mundo. Logró mantenerse 33 meses al frente del escalafón mundial como el Número 1 indiscutible del mundo y ha sido el único jugador de la historia, junto a Jahangir Khan y Geoff Hunt  en conquistar 4 títulos en el World Open.

Precisa El Shorgaby que justamente Shabana fue siempre su gran ídolo, el deportista a imitar, la huella que se propuso seguir y que además también siempre admiró al canadiense ex número 1 del mundo, Jonathan Power.

El camino de llegar a donde otros han llegado, de seguir el ejemplo, de continuar el camino es según El Shorbagy el secreto que ha hecho de Egipto la primera potencia del squash mundial de la actualidad.


La inspiración en el seno del hogar.

Señala Mohamed que sus padres y su hermano menor Marwan han sido vitales en su carrera deportiva. Sus padres por que han logrado apoyarlo, solidarizarse y rodearlo de afecto, pero respetando sus decisiones, sus momentos, sus espacios.

Destaca lleno de moción el momento difícil que tuvo que vivir en el mundial junior de Suiza en 2008 cuando tenía una gran presión encima a los 16 años en la búsqueda de su primer título. Confiesa que decidió llamar a sus padres para que lo acompañaran, y ellos solidarios, tomaron un vuelo desde Dubái, donde residencian y llegaron después de 9 horas para alentarlo a conseguir el preciado título. Se emociona al recordar que ese detalle lo tiene muy presente como uno de las más significativas expresiones del apoyo incondicional de sus padres.

Con su hermano Marwan tiene una relación fraterna, muy emotiva, de gran fortaleza motivacional. Sostiene que la mayor alegría que le ha brindado el squash fue la de ver a su hermano convertirse en Campeón Mundial Junior hace un mes en Herentals en Bélgica a sus 17 años, escribiendo la historia de los dos primeros hermanos en ser campeones junior. "Son dos títulos mundiales en la casa de los El Shorbagy”, sostiene lleno de orgullo y se le llena de emoción su rostro con una sonrisa franca y abierta. Precisa que fue tan grande su alegría que se le llenaron de lágrimas sus ojos viendo a su hermano levantar el trofeo.

Pero el hambre del espíritu de campeón es tan grande que sostiene sin ningún miramiento que el próximo año ya viene en curso la posibilidad de otro título para Marwan en el Junior Mundial, lo cual "dejaría en casa de los El Shorbagy cuatro títulos del mundo”, una historia bien difícil de repetir.

Entrena y conversa, o más bien reflexiona el squash siempre con su hermano. Sostiene que tienen muchos puntos en común como jugadores, pero que los diferencia la manera en que piensan el juego.

Cuando le interrogamos sobre lo que sucederá cuando les toque enfrentarse en la cancha, dijo que tendrá que ganar, como lo piensa siempre, pero señaló de manera contundente que el único jugador que aspira a ver mejor que él es a su hermano Marwan. Y que si se encuentran en un partido, dice entre risas, pues será lo mismo que un juego de tenis entre Venus y Serena.

El aprendizaje para fortalecerse mentalmente.

Mohamed se inició en el squash a los 8 años. Un tío suyo jugaba como amateur y lo llevó un día al lugar donde compartía el squash con sus amigos. Lo vio, se entusiasmó y empezó a jugar. Aprendió de la mano de esa biblia del squash que fue Gamal Awad, quien fue campeón nacional de Egipto en 1976 y se desempeñó como un gran formador de promesas. Una de ellas fue Mohamed. Awad es recordado además por haber jugado el game más largo de la historia en un partido contra el múltiple campeón del mundo, el pakistaní Jahangir Khan. Perdía 1–8, cuando se contaba a 9, se llegó a la definición en la igualdad a 9, él pidió una bola y ganó 10-9.

Esa mentalidad de Awad para sobreponerse en la dificultad supo heredársela a Mohamed. Fue su formador desde los 8 hasta los 12. Con tan solo 49 años en 2004 Gamal Awad murió y la vida deportiva de Mohamed entró en un terrible bache emocional. Fue muy fuerte para él su partida. Antes de morir habló con él por media hora y recibió sus últimos consejos.

Pero como justamente en los momentos críticos es cuando se generan las oportunidades. De Awad pasó a la mano prodigiosa del inglés Jonah Barrington, hoy con 70 años. Un erudito del squash, quien como jugador ganó 6 títulos del British Open entre 1967 y 1973, cuando era considerado como el título mundial de la época. Sus escritos, sus libros, sus metodologías, sus planteamientos didácticos y la pedagogía de enseñanza son toda una fuente de sabiduría en el squash del mundo, quizá la escuela con más academia.

Allá en Inglaterra los El Shorbagy encontraron la mejor fuente de inspiración para continuar con sus planes de entrenamiento, porque se fueron los dos. Mohamed logró con Jonah canalizar la tristeza de la pérdida de su entrenador egipcio y sus desacuerdos temporales del manejo que hace 5 años se le daba al squash en su país. Entonces armó la valija y se fue a vivir a Millfield para hacer parte de la prestigiosa Academia de Squash de Barrington, quien después de ser uno de los más grandes jugadores de la historia se convirtió en un entrenador de alto nivel especialmente para jugadores juveniles.

El enorme bagaje histórico de más de tres décadas formando a los mejores juveniles del mundo de la mano de Jonah fue recibido por Mohamed y consiguió sus dos títulos mundiales.

La mayor virtud de El Shorbagy en la cancha en su fortaleza mental. Eso es lo que lo hace diferente. "Entro a la cancha y me olvido quién es o de dónde viene, quiero ganar siempre. No me interesa hacer un buen partido, me interesa ganar”, afirma categóricamente. Esa fortaleza mental la empezó a apuntalar Awad en Egipto y la acabó de pulir el maestro Barrington, generador de una verdadera táctica mental para que los jugadores juveniles logren concentrar su mente en los momentos clave, logren cambiar de actitud cuando es necesario y logren proponer siempre una actitud ganadora. "Creer firmemente en que se puede ganar, es empezar a ganar”, remata con la frescura de una convicción que sale de lo más profundo de su intimidad que lanza con esa sonrisa que le ilumina su rostro por momentos adusto y que se transforma con su sonrisa casi adolescente.


Jugando con los mayores.


En el Campeonato Mundial de Equipos en Paderborn, Alemania, en agosto debutó en el equipo de mayores de Egipto. Por primera vez fue convocado y tuvo la enorme responsabilidad de definir el paso de su equipo a la final. Ya Egipto había sido Campeón el año anterior y a pesar de la ausencia de la gran estrella Amr Shabana, se daba por descontado que disputaría la final. Pero como en el deporte nada está escrito, Francia empató a 1 la serie. Ramy Ashour derrotó 3-0 a  Gregory Gaultier, pero Karim Darwish cayó frente al interminable Tierry Lincou 3-2. Esa paridad dejó en manos de El Shorbagy la responsabilidad del paso a la final frente a Mathieu Castagnet. Perdía 2-1 y en el cuarto el juego estaba 7-4. "Sentía que tenía 10 kilos encima de mis hombros”, dice y agrega que era tanta la responsabilidad que se sentía pesado pensando y pesado moviéndose. Pero reflexionó, en el momento más adverso, que tenía la responsabilidad de ganar y lo iba a hacer, tiró sus mejores golpes, arriesgó de una forma impresionante, igualó a 2 el marcador y en el quinto le dio a sus compañeros el anhelado paso a la final que a la postre ganaron contra Inglaterra.

Otro título mundial a sus 20 años: Campeón Mundial por Equipos. Un palmarés envidiable.


Ya vamos terminando la conversación que se vuelve grata y amable, pero queda tiempo para comentar por que aceptó venir a Colombia y vivir el reto de la altura. "Cuando llegué no entendí por qué se quejaban tanto los jugadores, apenas la bola rebota un poco más”, dice. Pero al segundo día sintió que no le entraba aire a sus pulmones, entonces llamó a su hermano y le advirtió que era terrible y que seguro llegaría de manera anticipada a su casa. No obstante al día siguiente en su primer juego en el Cuadro Principal sintió que el aire volvía a entrar a sus pulmones y ganó con claridad y categoría. "Ahora sé que es difícil, pero es un excepcional desafío para un deportista, pues hay que aprender a ganar en todos los ambientes, en todas las canchas y a todos los jugadores, si quieres ser el mejor”, asevera con una tranquilidad asombrosa en un joven de 20 años.

Entonces nos mira con su sonrisa tradicional esperando el final de la entrevista y vuelve y se concentra, de la misma manera como lo hace en su rutina cuando recibe la bola de su contrincante, estira la raqueta frente a su cuerpo mira entre su muñeca y el mango de la raqueta y regresa la mirada a su ponente para seguir el camino de la bola. Pura concentración, pura convicción, pura fibra de campeón.


Nos despedimos sabiendo que tuvimos un agradable momento con un protagonista de una historia que se está escribiendo y que seguirá generando muchas páginas para alcanzar su anhelo de no resignarse con ser el mejor, sino de conquistar algo que nadie antes haya conseguido en la historia del squash. Seguramente asistiremos en primera fila para disfrutarlo y pensamos que para ganar primero hay que saberse ganador, El Shorbagy se sabe ganador.


Escrito el  19 May 2016 9:44 en Entrevistas  -  Enlace permanente

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